1. |
Preámbulo
02:41
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Estoy aquí sentado a la sombra de mi luz, que está tras esa puerta.
Estoy aquí sentado esperando a que llegues tú con la maleta ya hecha.
Esperando por la noche hasta que es un nuevo día,
contemplando los planetas que bloquean mi huida.
Que vienen del espacio, dicen que van a llevarme,
yo siempre les repito que no voy a abandonarte.
Y aquí sigo esperando al día de tu regreso con los brazos abiertos.
Con la guitarra a un lado y con el calendario al otro, viendo pasar el tiempo.
Tiempo que guardé y que te prometí a ti.
Y aquí sigo esperando, esperando a que estés aquí.
Y mientras los planetas se acurrucan junto a mí
y susurran en mi oído que tú no vas a venir.
Y ya perdí la cuenta de los días que aquí llevo,
de cuantas primaveras se han llevado mis inviernos,
de cuantas veces lloré en este mes de febrero.
Ya ni siquiera me acuerdo de mi amigo del espejo.
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2. |
Horas muertas
03:41
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A veces la rutina se convierte en irregular,
y aquello que creímos tener, de repente no está.
Benditas mis mañanas solitarias, que son siempre igual.
Malditas mis mañanas solitarias, que son siempre igual.
Siempre son las mismas personas, los mismos dramas,
la misma crisis existencial con distinta cara.
Y cambio el tono de llamada, la alarma del móvil, el fondo de pantalla...
Esperando que llegue por fin la hora de irme a la cama.
Dichosos tus ojos que me interrogan perturbando mi paz.
Y odio la pregunta que me asalta cuando no quiero pensar.
Y siempre los mismos lugares a las mismas horas,
los mismos programas con iguales bromas,
los mismos silencios, las mismas palabras.
Idénticos vacíos donde tú no estabas.
Y cambio el tono de llamada, la alarma del móvil, el fondo de pantalla...
Esperando que llegue por fin la hora de irme a la cama.
Y hablar no va a arreglar las cosas.
¿Qué quieres que diga? Mi fiel vieja amiga.
Que nunca fueron las despedidas nuestro punto fuerte y vuelves a mi vida.
Mis horas muertas te lo agradecen, día tras día, desde esta mentira,
donde nada puede salir mal pues todo es igual, aquí en mi monotonía.
Quizá debimos parar a pensar que no está tan mal la rutina.
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3. |
Todas aquellas
03:40
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Los rayos del sol atraviesan su blanca blusa de seda.
Yo la contemplo callado, no quiero que el mundo nos vea.
Sus labios moldean futuros que sólo sus ojos contemplan.
La arena ha sentido su pena, sus dedos el peso en sus huellas.
Me habla de caminar desnuda sin miedo a que juzguen qué hay en su interior.
Contagia a todos su esperanza, lidera la lucha al pie del cañón.
La luz no se atreve a tocarla... ¿Acaso su sombra soy yo?
Me habla de caminar desnuda, los callos revelan su aguante al dolor.
Todo mi cuerpo se estremece en su presencia.
Siempre quiso volar, jamás levantó un pie del suelo.
Me empiezo a volver de metal, eslabones mis dedos.
La veo en tu cara, en la suya, en la de todas aquellas que quiero que alcen la voz hasta quedarse mudas.
Me habla de caminar desnuda sin miedo a que juzguen qué hay en su interior.
Contagia a todos su esperanza, lidera la lucha al pie del cañón.
La luz no se atreve a tocarla... ¿Acaso su sombra soy yo?
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4. |
La Tristeza por bandera
04:01
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"Quiero que te marches"
No sé a quién se lo estoy diciendo.
A ti, a mi tristeza, a la soledad.
¿Cómo vas a irte si nunca has llegado?
Hay lugares para estar solo y lugares para no estarlo.
Quiero que te marches.
¿Lo recuerdas? ¿Acaso me recuerdas en el suelo mojado sentado y esperando a que amanezca?
La voz de mi cabeza, el silencio más recóndito, un tiempo sempiterno y la tristeza por bandera.
Que no es sino un trozo de tela
y no me representa.
Mas cuanto más me abriga
más la siento como mía.
Mi patria de ojos tristes sólo llora si se lo propone.
No hay fronteras que la delimiten ni ejércitos que la custodien.
Se oye el eco de toda una vida en las paredes tras las que se esconde.
Fue muy fácil entrar aquí dentro y ahora no sé por dónde se sale.
¿Lo recuerdas? ¿Acaso me recuerdas encerrado en mí mismo y sintiendo que perdía la cabeza?
Negando tu existencia, forzando una sonrisa, perdiéndome en la histeria de fingir ser quien no era.
Y por si esta noche aparecieras y no reuniese la suficiente fuerza, te grito de antemano.
Y si he de convertirme en un loco para que lo entiendas, no volveré a recaer.
Y si debo renunciar a todo...
Que le den.
¿Cuántas veces me mentí forzando al límite mi confianza?
¿Cuántas veces fingí no conocerte al despertar a tu lado en mi cama?
Pero tú nunca te vas, fiel amiga y compañera.
Estás y siempre estarás, aun cuando yo no lo quiera.
Y es que son muchos años ya disfrazada de soledad desde aquel primer día,
pues cuando nadie más me entendía, te sentaste a escuchar.
Y no hay mejor manera de agradecer tu compañía que darte nombre y apellidos cada vez que discutimos.
Y no hay mejor manera de pasar la vida entera
que odiándote a mi lado,
perdiéndome en tu ausencia
y vistiendo cada noche
la tristeza por bandera.
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5. |
Tus formas
00:55
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Hoy he visto tu gesto en otra.
O su gesto en ti.
No lo sé con certeza.
Te has puesto de puntillas
con la misma inocencia elegante
que ella emanaba al mirarme.
O quizá fue al revés.
Has cantado en mis pupilas
erizándome la piel.
Y no te mentiré:
ha pasado tanto tiempo
que no he sabido cómo sentirme.
En toda canción te veo,
como antaño hice con alguien.
Es hora de ser sinceros.
O tú eres copia de mi ayer.
O ella fue premonición.
O no.
Hoy he visto tu gesto en otra.
O su gesto en ti.
No lo sé con certeza.
Empiezo a pensar que veo
aquello que quiero creer.
Tus formas,
que son las mías.
O, bueno, no sé.
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6. |
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http://locuradeversos.blogspot.com/2016/04/la-venus-de-tirso_22.html
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7. |
Entre Mierda y Café
03:21
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Todo empezó con una patada.
Literal y metafórica.
Una patada a una pelota que corrió calle abajo y una patada a una serie de acontecimientos que nos ha traído hasta este preciso momento.
Una patada pura, inocente y desasida de la menor intencionalidad.
Mas en cierta medida, esa patada no fue tanto causa como efecto de una patada anteriormente dada.
Pues yo ya me había calzado tus tacones y había sufrido las rozaduras de una vida que no está hecha a medida.
El problema de vivir la mejor noche de tu vida es que sabes que ninguna volverá a estar a la altura.
Y pese a las luces, las copas y la elegancia a granel,
me quedo con tu abrazo al lado de aquella cocina
entre mierda y café.
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Guillermo Canudo Barreras Zaragoza, Spain
La vida es una brutal sinfonía y nosotros somos sus instrumentos. Yo sólo escucho e interpreto.
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